viernes, 12 de febrero de 2010

Miguel Hernández, cronista bélico

Miguel Hernández declamando su poesía ante los soldados del Quinto Regimiento

Publicado: ARGENPRESS CULTURAL

Autor: Pedro Antonio Curto

En una carta al canónigo Luis Armarcha, Miguel Hernández le expresa su deseo de ser periodista. No es extraño pues fue la prensa quien se hizo eco de sus primeros poemas y otros escritos. La actividad periodística se mantendría esporádicamente una vez establecido en Madrid, abordando por ejemplo la crítica literaria. Pero es la guerra quien paradójicamente le proporciona la posibilidad de cumplir en parte esa vocación.

El poeta participa en la guerra desde un primer momento, al principio como un miliciano más y luego ejerciendo diversas funciones, en particular la de Comisario de Cultura del Batallón “El Campesino”. Participa así en primera línea de los aspectos humanos, de los conflictos sociales y políticos que conllevan una guerra. Esto unido a un claro compromiso ideológico en defensa de la República. Unas vivencias personales que inciden en una conocida producción poética, pero también inspiran unos menos conocidos artículos periodísticos.

Estas colaboraciones se publican en órganos de prensa, la mayoría creados con motivo del conflicto bélico: “Al ataque”, “Acero”, “Ayuda”, “Frente Sur”, “Avanzadilla”, “Nuestra Bandera”, entre otros. La prosa periodística de Miguel Hernández es épica y pasional, habla decididamente a favor de ganar la guerra, ensalza las victorias republicanas, trata de dar ánimo a los combatientes, sin olvidarse de la tragedia humana que suponen la violencia y la muerte. Pero una de las cuestiones más interesantes es la visión crítica que Miguel Hernández ofrece de diversos aspectos que se producen en la guerra.

El poeta tenía una visión integral del conflicto bélico, que no sólo incumbía a los soldados, sino al conjunto de la población que deberían formar un muro social que parase el avance del fascismo y al mismo tiempo revitalizase los ideales que sustentaban la II República: una regeneración ética, civil y democrática de la idea de España. Participante activo en la defensa de la capital española, escribe el artículo: “Defensa de Madrid y las ciudades de retaguardia”, en el que critica a las poblaciones que más allá de la propaganda siguen ajenas a la sangre que se derrama en el frente: “Ennobleced vuestro aspecto, ciudades de retaguardia: dignificar vuestro corazón. No deseamos que os metáis en lágrimas, no: pedimos que ordenéis vuestro cuerpo y vuestra alegría; y arranquéis de vuestro suelo a los revolucionarios de relumbrón y a los héroes de opereta,” llega a decir. Una cuestión que aborda en otro artículo al referirse a Jaén, de la que dice sólo tras un bombardeo, conociendo el sufrimiento y la muerte, han tomado conciencia de que la guerra también les afecta.

Destaca su manera de ver al combatiente, alejada de la visión tópica del soldado destructor y autodestructivo. Así señala en “El regreso del soldado”: “No abusara de la bebida, ni de condición masculina (...) Cuidará de su cuerpo como el arma combativo que es y las habitaciones limpias, el aire, el sol y el libro que agudice sus conocimientos...” Unos planteamientos casi didácticos, quizás fruto de su labor en las misiones pedagógicas, que muestran a un Miguel Hernández ajeno a las concepciones militaristas tradicionales, aún cuando utilice un tono bastante militarista.

Una de sus criticas fundamentales es la que dirige a sus compañeros de letras en “Hay que ascender las artes hacia donde la guerra ordena”. Participante en la Alianza de Intelectuales Antifascistas, no observa un compromiso suficiente más allá de las declaraciones, sino que los ve alejados y en particular sus obras, así dice: “Los hombres de la pintura, la escultura, la poesía, las artes en general, se ven hoy en España impelidos hacia la realización de una obra fundamentalmente humana que no han comenzado a realizar todavía.” Unas opiniones que se ven reflejados en su correo y también en otros testimonios, en especial los versos de “Llamo a los poetas”, un agónico canto donde llega a citar a los poetas por su nombre.

En la mayoría de los artículos utiliza un lenguaje sencillo, que en muchos casos parece improvisado, fruto del momento. No tienen un gran contenido poético, aunque no olvida el énfasis y la retórica, utilizando en general frases largas y adjetivos contundentes. Las crónicas de más acción son muy visuales, lo cual son una muestra de su visión como autor teatral y su interés hacia el cine.

Al igual que ocurre con su escritura poética, las crónicas de guerra pasan de un inicial entusiasmo, a un tono más reflexivo y pesimista, crudamente realista, como ocurre en “No dejar solo a un hombre”, que muestran el inicio de la derrota republicana y la paradoja de un escultor de la palabra embutido en un traje de soldado.

Se pueden considerar estos artículos y crónicas, como una parte más de su obra, pues más allá de su consideración literaria o calidad, son fruto de la literatura en la guerra, precisamente cuando la literatura está a punto de perderse, de silenciarse, encontrando frente a esta situación un motivo de pasión, un motivo para relanzarse. Y es posible que estas palabras escritas en diarios improvisados, no sean ajenas a los magníficos versos posteriores, muchos de ellos realizados en prisión, que consagrarían su obra poética.

domingo, 7 de febrero de 2010

El tiempo no importa para la Asamblea

Editorial del semanario En Marcha 1473

Es de dominio general que la Asamblea Nacional incumplió el plazo determinado por la Constitución para aprobar un conjunto de leyes que requieren ser puestas en correspondencia con lo que ahora estipulanlos preceptos constitucionales; los llamados de atención al respecto no tuvieron valor, a la final… la mayoría manda. En todo caso, imbuidos con la ideade cumplir con la “revolución legislativa”, los asambleístas de PAIS se impusieron como segundo (e ilegal) plazo el mes de febrero, pero es por demás notorio que tampoco podrán cumplir.

¿Huboexceso de euforia y subjetividad cuando establecieron la obligatoriedad de aprobar determinas leyes en un periodo concreto? Posiblemente así ocurrió, pero esa es su propia responsabilidad, pues, la mayoría de los asambleístas de PAIS actuaron también en Montecristi. Pero más allá de eso, el incumplimiento de la Asamblea con el país se debe a la incapacidad legislativa mostrada por quienes la controlan, a lo que se añaden las discrepancias existentes al interior de los asambleístas del gobierno. En temas como la Ley de Comunicación o el pedido de renuncia al Fiscal General, Washington Pesantez, el bloque gobiernista ha actuado fraccionado.

En otros temas también se ha puesto a flote la diversidad de visiones políticas anidadas en el movimiento de Correa, que van desde las que trabajan por una mayor derechización del gobierno, pasan por quienes pugnan por imprimir una política “centrista”, hasta llegar a los que se consideran parte de la vertiente de izquierda. Correa los unifica, más por pragmatismo político que por convicción con un proyecto que, en esas esferas, no está claro hacia dónde mismo va o debe ir.

En todo caso, con esta nueva prórroga la Asamblea Nacional será por más tiempo el centro del principal debate político del país, debido a la naturaleza y trascendencia de las leyes que se encuentran en carpeta. Temas como el hidrocarburífero, educativo, laboral, de ordenamiento territorial, etc. se presentan controversiales porque en ellos se juegan intereses de distintos sectores sociales y expresan las posiciones ideológicas y políticas de los mismos.

La heterogeneidad política de PAIS y la acción del gobierno en los últimos meses debe alertar al movimiento popular para impedir que en esas leyes se meta contrabando adornado con el engañoso léxico de la “revolución ciudadana”y el “socialismo del siglo XXI”. La Asamblea Nacional debe convertirse en el centro de movilización de los diversos sectores populares para que se legisle a favor de los intereses de los trabajadores, de los pueblos y del Ecuador, para impedir también que la inconsecuencia política de algunos sectores de PAIS sea aprovechada por la derecha y salgan leyes que en poco o nada se diferencien de las que aprobaba el viejo Congreso.

La propaganda de Correa, una aguja contra los pueblos


Publicado en el semanario En Marcha

Según una encuesta realizada por CEDATOS a principios de año, entre las razones por las que Rafael Correa ha disminuido su popularidad se encuentran: la actitud prepotente y autoritaria del Presidente, el irrespeto a las leyes y a la Constitución, el avance de la crisis económica, el incremento de la corrupción, el avance de la delincuencia, la publicidad desmedida, el despilfarro del presupuesto, etc.

Uno de los motivos que destaca es el aumento del rechazo a la propaganda que realiza el gobierno; alrededor del 61% de la población se encuentra en contra de las cadenas del gobierno y el 700% está en desacuerdo con la forma de intensidad de la publicidad que realiza el régimen.

Es claro que el gobierno desde el principio de su gestión ha impulsado grandes campañas de publicidad para afianzar su popularidad y dominio ante los ecuatorianos. Según Vinicio Alvarado -secretario de comunicación- la “estrategia publicitaria se divide en tres piezas: 1. los comerciales de televisión para informar qué hace el gobierno con la plata del pueblo, en los cuales no aparece Correa; 2. Los comerciales de contenido emocional que buscan conseguir cambios de conducta, en los que sí aparece la imagen de Correa; y, 3. La información sobre la visión del gobierno, que incluye las cadenas, los enlaces radiales sabatinos, el periódico El Ciudadano y la página web”.

Para cumplir con los propósitos planteados por Alvarado se ha invertido una alta suma de dinero. Se calcula que alrededor de 17 millones de dólares sirvieron para la publicidad y la propaganda en el año pasado, convirtiéndose el gobierno en uno de los 15 mayores anunciantes de televisión y sobrepasando a los monopolios de la telecomunicación como Porta y Movistar. En los últimos 11 meses el Régimen pautó 712 horas de publicidad en la Televisión y en el 2009 se han difundido por lo menos dos cadenas nacionales por semana, sumando a ello los enlaces sabatino que el primer mandatario impulsa como una supuesta tarima de rendición de cuentas, pero que en realidad se han convertido en una sala de juzgamiento y calumnia a quienes no apoyan su administración, como lo ha hecho en contra del movimiento indígena, los maestros, los estudiantes y trabajadores.

El régimen apela a una publicidad funcionalista que no pretende que las personas puedan reflexionar sobre el contenido de las publicaciones, sino que solamente respondan ante el estímulo y así conseguir una determinada respuesta, siguiendo el principio funcionalista de “la aguja hipodérmica”.

La campaña impulsada por el gobierno es asfixiante, en ella se repite incansablemente determinados conceptos asociados con “el nacionalismo”, la “revolución ciudadana”, el mesianismo de Correa y la confrontación contra los sectores populares. Sin embargo se está llegando a la saturación de los mensajes, es decir que al contrario de lo que esa publicidad busca, el cansancio se va transformando en rechazo.