Por: Xavier A. Andocilla R.
Ayer subí al Olimpo,
me tope con los dioses
de la tristeza y la soledad.
Como todos los altísimos,
pretendieron someterme,
pero al sentir mi rebeldía,
quisieron liquidarme,
y quitarme mi libertad.
El destino
unido con los villanos,
jugó sus dados
y aposto contra la ilusión.
Pero todos unidos
no pudieron arrebatar
los sueños y las esperanzas,
ni tampoco
degollar el futuro
y asesinar el presente.
Me levante desde las fauces
de los tiranos,
les miré directamente a los ojos,
y les robé la sonrisa
a los dioses de la tristeza y la soledad.
Baje al mundo de los mortales
y les enseñe la sonrisa de los dioses,
en ese momento los mitos de los eternos
desaparecieron por la luz de las utopías.
Hoy somos libres,
la sonrisa ha gobernado el mundo
y los dioses de la tristeza y la soledad
han desaparecido del universo,
por fin ya nadie los recuerda,
ya nadie les guarda oración,
ya nadie les guarda devoción.
Quito,
Marzo 2010
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