domingo, 31 de enero de 2010

Eisenstein un revolucionario en el Cine


Por: Xavier Andocilla

Publicado en el Quincenario Opción en los meses de enero y febrero del 2008

Introducción.

En el contexto político que vive nuestra sociedad se ha impulsado un discurso que tiene como objetivo confundir y desorientar a los sectores populares e intelectuales, se compara al socialismo como un estado autoritario, donde no existe democracia y elimina las cualidades de los individuos. Las clases dominantes plantean que la sociedad socialista no permite el desarrollo del arte y la cultura, que la dictadura del proletariado restringió a los artistas e  intelectuales en su creatividad. 

Para sustentar estas tesis han tenido que tergiversar y ocultar la historia, utilizan como caballo de Troya una campaña que oculta los aportes que dieron  muchos referentes artísticos y culturales para el desarrollo de la humanidad, a la vez, han echado lodo a los artistas e intelectuales que han forjado una estética en contra del capital y a favor de los intereses de los pueblos.

Un ejemplo de las acciones en contra del arte revolucionario es lo realizado contra la figura de Serguéi Eisenstein, cineasta que llevó a la pantalla gigante  a los sectores populares, convirtió a obreros y campesinos en artistas de cine y elaboró películas como la Huelga, el Acorazado Potenkín, Octubre de 1917, etcétera, en los que se exponen los más altos intereses de los trabajadores.

Los aportes impulsados por Serguéi Eisenstein al desarrollo del arte, principalmente del cine, han sido ocultados por la historia burguesa y han creado un sinnúmero de comentarios para descalificar su trabajo; es por eso que en la conmemoración de los 110 años del nacimiento de este revolucionario, es necesario recoger sus enseñanzas y planteamientos que permitirán desenmascarar los criterios de la burguesía y el imperialismo, a la vez, demostrar que el socialismo es la sociedad en la que  se potencia las mejores cualidades de los seres humanos para beneficio de toda la sociedad.

Antes de la revolución.

Serguéi Mijaílovich Eisenstein nació el 23 de enero de 1898 en Riga (ciudad de la Rusia zarista). Su padre Mijaíl Ósipovich Eisenstein era  ingeniero urbano del departamento de carreteras del gobierno provincial de livonio. Su madre Yulia Ivanoval, era una mujer de clase media e hija de un comerciante de  gabarras en San Peterburgo.

En aquellos días “la Rusia Zarista era una verdadera cárcel de los pueblos. En su territorio habitaban numerosas nacionalidades no rusas, privadas de sus derechos y sometida a todos tipo de ultrajes y humillaciones”[2]. El niño Eisenstein por ser de herencia jude aleamán era constantemente  discriminado y en la escuela  se manifestaba un verdadero odio nacionalista contra él.

Desde muy corta edad, Serguéi Eisenstein, fue influenciado por la literatura, sus anhelos de rebeldía se avivan mientras leía los relatos de la revolución Francesa y la Comuna de París. Estos acontecimientos influyeron en la conciencia de Serguéi, como lo señaló años más tarde en sus notas autobiografías, “la historia de Francia fue una de las primeras cosas que me interesaron […] por algún milagro, ‘el impresionable niño’ tropezó con más obras históricas en las estanterías de su padre. En esa biblioteca de un ciudadano honrado que había prosperado hasta ocupar un alto cargo, esos libros parecían fuera de lugar. Pero allí descubrí 1871 y la Comuna de París, en una edición francesa llena de ilustraciones”.

Tras terminar la secundaria se inscribió en el Instituto de Ingeniería Civil de Petrogrado, continuando así la tradición familiar de ser ingeniero. Objetivo que no satisfizo su anhelo de convertirse en artista, sueño que lo fue forjando en sus múltiples visitas al teatro, el cine y la opera.

Sin ningún incidente trascurrieron sus estudios en el Instituto hasta la llegada de la revolución de 1917. Por los acontecimientos que sucedían, el edificio fue clausurado y convertido en centro de las fuerzas zaristas y asignado al regimiento Ismáilov. Influenciado por los sucesos revolucionarios se enlista en las milicias de la ciudad y comienza a elaborar múltiples dibujos y caricaturas en la que  relatan los hechos que  se desarrollaban y que saldrían publicados en el periódico “la Gaceta de San Petersburgo” bajo el seudónimo de Sir Gay.

La revolución social liberó a Eisenstein

Bajo la dirección del Partido Bolchevique, el 25 de octubre de 1917 (según el viejo calendario Ruso), conquistan el poder los trabajadores y los pueblos, derrocan al gobierno provisional de Kerenski y proclaman la construcción de la Dictadura del proletariado en Rusia. Los enemigos del naciente poder de la clase obrera utilizaron distintos medios para subvertir la revolución, escondieron los alimentos e inclusive impulsaron  acciones armadas como la guerra civil.

La revolución liberó a las clases oprimidas y a las nacionalidades que existían en Rusia; al eliminar la propiedad privada sobre los medios de producción, las personas lograron decidir su futuro y el de su Patria, se potencializaron las mejores cualidades de los seres humanos y se pusieron al servicio del desarrollo material y cultural de los pueblos. Como lo señaló Serguéi Eisenstein, “la revolución me dio lo más valioso en la vida: me convirtió en un artista. De no haber sido por ella, nunca habría roto la tradición, trasmitida de padre a hijo de ser ingeniero. La revolución me introdujo en arte, y el arte, a su vez  me llevó a la revolución…”.

Eisenstein, influenciado por las ideas emancipadoras, se enroló en el Ejercito Rojo como ingeniero a principios de la Guerra Civil, y viajó a construir puentes en el río Neva y fortificaciones alrededores de Petrogrado.

Mientras cumplía las tareas de defender la patria, se contactó con la Casa de la Cultura de Velikie Lukie, provincia en la que existía una buena organización teatral liderada por Konstantín Yeliséiv; en esta institución se presentaron varias obras cortas de teatro dirigidas por el joven Serguéi, estos fueron sus primeros pasos para su posterior carrera como.

En octubre de 1920 deja el instituto de Ingeniería Civil y se dedica por completo a la actividad artística, con los anhelos de impulsar el arte revolucionario y luchar en contra del teatro del pasado; se vincula así con los nuevos movimientos artísticos que surgían influenciados por la revolución de octubre. En enero de 1921 es contratado por el teatro Proletkult (cultura proletaria), que fue creado en la revolución de febrero de 1917 y alcanzó un importante desarrollo después de la Guerra Civil.

Por sus altos conocimientos en el arte y su destacado rol de liderazgo, Eisenstein es nombrado director artístico del Teatro Itinerante del Proletkult, al que se le denominó Pere Tru (los actores ambulantes). La primera función que se presentó en el Teatro itinerante fue 'Hasta el más sabio se equivoca', de Alexander Ostrovski; de esta obra se recogió la trama original y se la adaptó a las necesidades y condiciones de la sociedad rusa.

El trabajo que desarrollaron 'los actores ambulantes' tenía la misión de exponer lo más importante del pensamiento humano, destruir las viejas instituciones del teatro y sustituirlas por un espacio que exhiba los logros realizados en este ámbito. Colocaron las obras teatrales al servicio de las masas e incorporaron a los sectores populares en la participación artística. 'Los actores ambulantes' tenían la misión de convertir al arte en una herramienta de educación ideológica y política para el pueblo.

La última producción teatral de Serguéi Eisenstein, antes de encaminarse a la labor cinematográfica, fue la 'Mascara de Gas', que  tuvo como escenario la fábrica de gas de Moscú, en marzo de 1924. Para esta obra,  según los testimonios de Ronald Bergan  “el público se sentaba en unos bancos de madera colocados en fila en la fábrica mientras las maquinas seguían funcionando. Los actores no llevaban maquillaje y la ultima escena estaba programada para que coincidieran con los obreros del turno de la noche, que relevaban a los actores y se ponían a encender sus fuegos.

El cine y el socialismo

Al terminar la Guerra Civil en Rusia y combatir a la sublevación contrarrevolucionaria,  todas las fuerzas rusas se encaminaron a construir la más alta producción de bienes materiales; se impulsó la industrialización socialista con el objetivo de satisfacer las máximas necesidades humanas y con ello se forjó trabajadores con altos conocimientos científicos y técnicos; se impulsó, también, un proceso de educación e instrucción a la población. Bajo esa misión se solucionaron todas las exigencias educativas y culturales de los pueblos, “el arte y la literatura rusa establecidas fueron llevados a la masas. El cine y el teatro comenzaron a producir nuevas y muy variadas demostraciones”[3],  que reflejaban las condiciones sociales y políticas que se desarrollaron en la URSS. Los cineastas rusos, entre ellos Serguéi Eisenstein, dieron importantes contribuciones a la teoría del cine y sus obras cinematográficas eran el reflejo de la armonía de la producción y el arte.

Desde el verano de 1924, Eisenstein dejó la elaboración teatral para dedicarse a la producción de películas bajo el concepto del 'montaje de atracciones cinematográficas', que según el cineasta consistía en “una atracción es lo que entendemos como cualquier hecho demostrable que se sabe y se ha demostrado que ejerce un efecto concreto en la atención y las emociones del público y que, combinado con otros, posee la característica de dirigir las emociones del publico en la dirección dictada por el objetivo de la producción.”

Las obras desarrolladas por Serguéi Eisenstein llegaron a ser escenarios de importantes metáforas visuales que se contrastaban en planos dinámicos y creativos que permitían al público sacar sus conclusiones concientes mientras eran impactados emocional y psicológicamente por una mutua influencia de imágenes; esta técnica la denominó como 'cine puñete' y la desarrolló en todas sus películas.

El director Eisenstein atravesó dos etapas en la producción cinematográfica. La primera comprende desde 1924 hasta 1929, tiempo en el que produce: 'La Huelga', 'El Acorazado Potenmkim', 'Octubre', estas tres cintas se las denominó como la trilogía de la revolución, y, 'Entre lo nuevo y lo viejo'; todas ellas se produjeron sin sonido y en blanco y negro. Estas obras fueron en medio de la lucha del pueblo de la URSS por fortalecer la revolución socialista y como herramienta para estimular los trabajos para la industrialización de la Unión Soviética. Las tres primeras películas describen la lucha de los obreros, los marinos y los bolcheviques por conquistar el poder, a la vez que representan el heroísmo contra la represión zarista; la última obra cinematográfica de este periodo,‘Entre lo nuevo y lo viejo’, se enmarca en la tarea de concienciar a los pueblos rusos y, principalmente, a los campesinos, de la necesidad de la colectivización socialista.

La segunda etapa de la obra de Serguéi Eisenstein comienza en 1938 y terminó en febrero de 1948 (fecha en la que fallece después de un ataque al corazón). En este periodo realiza 'Alexander Nevsky' e 'Iván el Terrible',primera y segunda parte). Estas películas demuestran una madurez técnica del cineasta, logra perfeccionar los primeros planos y el montaje, evoluciona al trabajo con sonido y la construcción del guión es sencilla y fácil de relacionarse con su público; logra generar sentimientos patrióticos en defensa de la Unión Soviética.

'Alexander Nevsky' se estrena el 23 de noviembre de 1938 en Moscú; meses antes de la invasión nazi a la tierras Soviéticas. Se convierte en una pieza histórica, en la que se relata la victoria en siglo XIII del Ejército ruso dirigido por Nevsky ante los alemanes; se convierte en una declaración de guerra y es casi un presagio de lo que sucedería tres años más tarde en la Unión Soviética. El objetivo era agitar la conciencia del pueblo y dar valor en su lucha contra el fascismo tal como lo declaró el mismo Serguéi Eisenstein: “queremos que nuestra película ('Alexander Nevsky') movilice todavía más a quienes participan en la contienda a escala mundial contra el fascismo.”

El 11 de febrero de 1948, un ataque al corazón, la cortina de la muerte cierra la lucida  vida Serguéi Mijaílovich Eisenstein, quien por su acción y comprometimiento a los intereses de la clase obrera se constituye en una de las más grandes figuras de la humanidad. La actividad que desarrolló, aportó trascendentalmente al desarrollo del cine, muchos de los actuales directores del séptimo arte recogen los aportes de este revolucionario para sus trabajos.


[2] Alejandro Rios, Stalin pinceladas biográficas,  Quito Ecuador, junio 2003 pág.7   

[3] PDKP, La revolución de Octubre y la trasformación en las artes y ciencias, Unidad y Lucha Nº 15, ediciones ERE, octubre 2007 Quito-Ecuador,  pág. 135.    

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